domingo, 26 de febrero de 2012

El Capitán Cordero y la Sandunguera Panchita

O... Lo que verdaderamente sucedió en un operativo policíaco en un barrio de Río Grande, Puerto Rico, cuando los agentes llevaron a un can especialista en olfatear y una perra en celo les estropeó la sorpresa.



̶ ¡Que no; que no es como lo cuenta el periódico! ̶ gritaba la Sandunguera Panchita, con una sonrisa canina que le restaba toda credibilidad a sus palabras.

̶ Positivo. La dama está correcta ̶ dijo con parquedad el capitán Cordero.

̶ Yo sé que la culpa es fea y nadie quiere cargar con ella, pero si la policía no se organiza es su problema. No fue que yo pasé por allí de coquetona-interrumpe-operativos. Una tiene sus atributos, sus atractivos; no se pueden controlar. ¿Qué quieren, que salga a la calle con una bolsa de papel puesta en la cabeza o en otras partes de mi hermoso cuerpo? No. Yo jamás dejaré de ser diva, de pasearme por mi vecindario y de saborear mi libertad.

̶ Positivo. La dama está correcta ̶ suspiró con resignación el capitán Cordero.

̶ Entiendo que el capitán tenga que trabajar. Puedo entender que haya que hacer operativos para controlar (ji, ji, ji) los puntos de droga. Que la policía tenga la responsabilidad de velar por que se cumpla con la ley e impere el orden (ji, ji, ji). Es más, los admiro por eso. Pero el trabajo es solo una parte de la vida; también hay que compartir, socializar, quererse, apapacharse, estrujarse y procrear; por aquello de que no se extinga la raza.

̶ Positivo. La dama está correcta ̶ expresó con entusiasmo el capitán Cordero.

̶ La responsabilidad de anticipar y tomar precauciones es de los agentes en dos patas. Antes de llevar a cabo un operativo sorpresa deberían anticipar cada detalle, considerar todos los posibles ángulos, prever los peores escenarios y tomar precauciones para todo ello. Yo no controlo mis ciclos hormonales; ni quiero disminuir mi atractivo de hembra. El capitán no controla sus hormonas ni sus impulsos pasionales; si los agentes en dos patas quieren controlar su conducta… que lo castren.

̶ NEGATIVO ̶ Gritó en pánico el capitán Cordero con el alma (y otras partes de su cuerpo menos celestiales) en un hilo ̶ ¡ARRESTEN A LA PERRA!

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